domingo, 22 de agosto de 2010

La mujer del conductor


La mujer del conductor es una chica sencilla, hogareña y sin muchas aspiraciones. Tiene dos hijos, dos grandes tetas, lleva ropa demasiado provocativa y siempre entrecorta a quien habla para hablar de ella. Pero admiro como adora a su marido.

Su marido es simpático, simple, bastante mal hablado, pero de buen corazón. Le gusta un "flamenqueo" horrible que siempre pone demasiado alto, y es parco por no decir nulo en palabras con los clientes. Pero admiro lo bien que conduce esté donde esté.

Ambos forman una pareja bien avenida: ella en su papel de madre y esposa y él en el de guardián y procurador del sustento de la familia. Pueden que sean simples, puede que sus aspiraciones sean demasiado diferentes de las mías, puede que su mundo sea un poco reducido y de cortas miras.

Pero cuando veo el orgullo que la mujer del conductor siente por su marido y como disfruta simplemente estando con él, entonces esas barreras estúpidas que artificialmente creamos, enseguida se derrumban contemplando la belleza de las cosas sencillas: el querer al otro sin mas, tal y como es, siendo un conductor o un barrendero de barrio.

jueves, 22 de julio de 2010

Mirna la Dulce

A veces no es necesario conocer durante mucho tiempo a alguien para darte cuenta de que es extraordinario, de que hay algo que sin saber muy bien que es, enseguida te atrae de su personalidad. Eso lo supe casi inmediatamente cuando conocí a Mirna.

Tenía 67 años, acababa de recuperarse de varios tipos de cancer, le habían hecho varias reconstrucciones en el pecho, era diabética y tenía que pincharse diariamente con insulina. Sin embargo allí estaba realizando uno de los tours más agotadores: España, Francia e Italia (SFX- 12 days) con una fortaleza y una dulzura admirables.

Mirna era menuda y delgada y siempre iba muy sofisticada, pintada y arreglada. No paraba de comprar todo tipo de cosas, hacía fotos sin parar con una cámara analógica de hace más de 15 años,guardaba todo el dinero de su viaje en un sobre destartalado y escribía en unas pequeñas hojas desencuadernadas y dobladas, los teléfonos, los comentarios o las observaciones que creía más interesantes en el desorden más absoluto.

Pero lo que más llamaba más la atención sin ninguna duda era su equipaje que podría ser el de 4 personas: llevaba un maleta inmensa, otra más pequeña y 3 0 4 grandes bolsas llenas de regalos, recuerdos y cosas que no sabe ni dónde ni por qué ha comprado y que a veces ni tan siquiera estaba segura de que le gustaran. Mirna era una shoppercolic y su equipaje crecía de forma imparable a lo largo del viaje.

Buscaba atención constante porque me imagino que la vida no fue justa con ella: nunca recibió suficiente y por ello hablaba sin parar e interrumpía en muchas ocasiones mis comentarios para contarme sus propias experiencias, que debo reconocer que aunque a veces me resultaban increíbles, siempre eran interesantes.

Muchas veces su mayor placer se sustentaba en la compra compulsiva de cosas materiales porque parece que éstas le daban la seguridad efímera y el placer que no encontraba en muchas de las personas que le rodeaban. Durante el viaje quitando a su compañera de viaje y a su pequeño grupo de 4 estudiantes, practicamente no mantuvo relación con el resto del grupo. La gente la evitaba, la trataba como un bicho raro, no es que no se llevaran bien es que simplemente no la tenían ningún respeto, especialmente el resto de los adultos que debido a su juventud y a su poca empatía no veían más allá de sus extravagantes comportamientos.

Sin embargo para mi fue mi fácil, ya que en seguida me dí cuenta de que bajo esa fachada exterior tan caótica, se escondía una persona maravillosa cuya entereza, fortaleza, su lucha por la vida y su dulzura era poco menos que admirable. Por eso Mirna me vino a demostrar como nadie que las apariencias casi siempre engañan y así espero que escribiendo sobre ella, su recuerdo se perpetue como el de una gran persona y una gran mujer.

sábado, 26 de junio de 2010

Tan lejos, tan cerca (so far so close)

No llamaba la atención a primera vista, pero si te fijabas más detenidamente pronto comprobabas que en su juventud fue bastante guapa. Ahora su cuerpo y sus ojos reflejaban la placidez y la quietud de quién se ha conformado con su destino y ha dejado a un lado sus aspiraciones juveniles para vivir una vida más o menos cómoda y entregada al cuidado de sus hijos.

Deseaba conocer mundo y viajar por múltiples países, pero al mismo tiempo quería dedicarse realmente a su familia. Así que sus sueños casi alcanzados de política recorriendo el mundo menguaron en los de una profesora de instituto que cada año viajaba con sus estudiantes a distintos lugares de Europa. Su divorcio con sus dos niños pequeños fue el punto de mayor inflexión en su vida y lo que hizo que su destino cambiase para siempre. No es que no fuese feliz ahora, quizás jamás lo haya sido tanto como en estos momentos, pero siempre le quedará la duda. Y a esa mirada placida y complacida solo le falta la adrenalina de la aventura y del cambio.

A veces tan solo son nombres, son PAX, son gente igual con distinta cara, es más de lo mismo, pero de vez en cuando aparece alguien que con un pequeño detalle cambia radicalmente tu forma de verlos y les ves realmente como personas, como semejantes, y solo unas pocas, muy pocas veces, en ellos ves una parte de tí. Esta vez la profesora que fui a recoger me llegó muy adentro. Fueron tan solo unas horas, lo que dura el trayecto del Ave Madrid- Málaga, pero me sentí tan reflejada en ella en algunos aspectos, que me invadió un sentimiento de bondad infinita. Casi estuve a punto de rechazar su generosa propina, porque me sentía que aunque acabase de conocerla estaba hablando con una amiga, pero al mismo tiempo se que hacerlo hubiera sido hacerla un feo y ante todo este era mi primer trabajo para mí, despues de más de ocho meses dedicada en exclusiva a mi recien nacida Adriana.


domingo, 20 de junio de 2010

Horacio

Recuerdo como si fuese ayer el día que le conocí. Estaba impecablemente vestido y su cuerpo que a primera vista no era especialmente excepcional poseía esa cualidad de ser la percha perfecta para la ropa de alta calidad que llevaba: Ni una arruga ni un pliegue fuera de su sitio. A ello se le unía sus ademanes y gestos tan controlados y tan medidos que su ropa se acompasaba a la perfección con cada uno de sus movimientos. Todo en él era elegante y cuidado.

Pero el punto culminante fue cuando le oí hablar de su ciudad adoptiva: París. No solo por el contenido de excepcional calidad que nos trasmitía sobre la ciudad, con un mezcla entre datos, fechas, historias, anécdotas y un toque humorístico adaptado a las características de los turistas españoles a los que se dirigía. También era el tono de su voz, con esa mezcla entre su acento argentino de origen y su francés adoptado. Si hay dos acentos que me gusten son precisamente estos dos, el francés por su elegancia y sonoridad tan sutil que a veces simula una corta melodía, y el argentino, que sin saber describir por qué me parece realmente excitante. El aunaba en sí los dos, aunque en las ocasiones que pronunciaba una palabra en francés, lo hacía con tanta sonoridad e intensidad, que a veces me parecía exagerada. Yo creo que quería dejar bien claro que amaba tanto ese idioma, que cualquier leve matiz en la pronunciación era tratado con un respeto sin igual.

Esa mezcla tan sutil entre su apariencia exterior, sus ademanes, su voz y sus manera de trasmitir el amor por su ciudad, me produjo una atracción instantánea: Horacio es uno de los mejores guías de París que he conocido, no solo trasmite datos, curiosidades, fechas e información a la perfección, sino que además sabe contarlo de tal forma y en los momentos más oportunos, que hace que el paseo por las calles de París sea como un cuento ilustrado contado por el mejor lector y que te enamores casi sin darte cuenta de él y de París.

sábado, 12 de junio de 2010

Hoteles "Aeropuertarios"

Hay lugares más asépticos e impersonales que los aeropuertos, ya que en estos la emoción de los encuentros y las despedidas añaden el componente humano tan necesario en este lugar de tránsito tan mecanizado por los horarios de salida y de llegada, los controles de seguridad, los papeleos y el equipaje. Y esos lugares más asépticos que los aeropuertos son los hoteles que los circundan.

Son la puerta de entrada o de llegada de tu viaje, pero en los que solo pasaras el tiempo indispensable. A veces parecen pequeñas ciudades artificiales, donde todo parece casi irreal, donde solo hay trasiego de gente que viene y va sin manifiestar ningún entusiasmo, ya que probablemente su estancia sea solo por unas horas y porque seguramente jamás regresaran a menos que tengan otro retraso u otra conexión larga con otro vuelo.

Las habitaciones son blancas, inmaculadas, el trato del personal es tan distante y profiláctico, que lo que deseas es dormir lo antes posible, para que al despertar puedas regresar al mundo "real" y coger un avión, que te llevará a uno u otro destino, mejor o peor, pero seguro que más humanizado que los hoteles aeropuertuarios que tanto detesto.

(Escrito despues de pasar una noche en el Hotel Roissy Campanille en París, antes de realizar un Tour por París, Barcelona y Madrid, en abril de 2010)

sábado, 5 de junio de 2010

I wanna be a KANSAS girl (MSC 0529)

Nunca tuve un grupo como este: El grupo Kansas - Missori con Marilyn y especialmente con Sandra, Jenny y Cynthia me enseñó y me mostró más humanidad y más sentido del humor que ningún otro y que ninguna otra persona desde hace mucho tiempo.

Sin ninguna duda son con quienes más agusto me he encontrado, quienes más me han enseñado, y con quien más me he reído y aunque en muchos momentos no estaba en sus conversaciones, eso no ha sido impedimento para escuchar sus carcajadas una y otra vez y para encontrarme con la gente más sana y sencilla que he conocido quizás en los últimos 10 años.

Se ríen de cosas vanales sin importancia, pero cosas realmente divertidas como los sustos que te puede dar la mala utilización del lenguaje

- Uranus ( Your annus)
- Sun and Beaches
- Skycrappers

De comentarios con el conductor, de la gente, de los niños... Solo se que tienen un humor tan sano, tan contagioso, tan inocente y tan feliz, que no sé de dónde les llega, ni cómo aparece o quién se lo proporciona, pero sea lo que sea, bendito sea. !!

Hoy solo puedo decir Qué Viva Kansas, Qué Viva Missori y "I wanna be a Kansas girl":)

domingo, 30 de mayo de 2010

Apreciar tu ciudad

Dicen que a veces debes viajar para apreciar lo que tienes y sin duda es una gran verdad, pero si no es posible hay otra opción que a veces es más facil: pasar tiempo con turistas que visiten tu ciudad.

Te pasas el año deseando tener vacaciones para por ejemplo viajar a EEUU, y de pronto viene un grupo de Florida, de los Ángeles o de New Orleans y dicen que se quieren venir a vivir a tu país, que es maravilloso, que les encanta...

O de pronto pasas por el Palacio Real, que siempre te ha encantado pero que por tenerlo siempre ahí, has perdido la capacidad de asombro, pero ves como los turistas se maravillan con su arquitectura, su ambiente, su arte, que entonces vuelves a mirarlo con el asombro de un niño con un juguete nuevo. Y es entonces cuando comienzas a disfrutar de nuevo cada instante, cada momento, y piensas porqué no te apuntado a clases de flamenco por ejemplo, teniéndolas tan accesibles y viviendo tantos años aquí, porqué no has ido a ese museo por el que has pasado tan cerca tantas y tantas veces, y de pronto descubres que el alma es tan sensible que muchas veces necesitamos irnos o que vengan para poder apreciar como se merece nuestra querida ciudad.

viernes, 5 de febrero de 2010

Cuando llegan los turistas

Llevo más de 60 grupos a mis espaldas, una dilatada experiencia de más de 8 años como guía con gente de todo tipo, clase, condición y nacionalidad. Pero cada vez que vuelvo al aeropuerto a esperar a un grupo, me sigo sintiendo como el primer día: llena de nervios e incertidumbre, por saber quién vendrá, cómo serán y si me saldrán las palabras adecuadas, los gestos oportunos, para que confíen en mí y así tenerlos a mi favor.

Es por ello, por lo que todavía sigo guionizando lo que voy a decir. Pero lo cierto es que de poco sirve, porque cada grupo llega con sus problemas, sus preocupaciones, sus deseos y sus expectativas y para mí empieza un nuevo viaje, no sólo por la ruta turística que voy a realizar, si no por el mucho más entramado y difícil camino de los caracteres y personalidades humanas.

Y es que ser una guía turística es ser una persona multitarea, casi una chica para todo, cuya arma principal es el arte de la convicción, de llevarte a la gente a tu terreno. Así que más que ninguna otra habilidad, mi trabajo consiste en ser una profesional con enorme capacidad de adaptación, capaz de prever las necesidades de mis clientes y de hacer un viaje organizado, ameno e interesante.

Pero ¿son todos los clientes iguales? En líneas generales sí, ya que su principal propósito es obtener lo máximo por lo mínimo y tu tarea es la de aunar el común denominador de todos ellos con las particularidades de cada uno. Casi nada ! Es un reto, un gran reto, pero si lo consigues y haces que todos ellos se muestran satisfechos, entonces ser una guía turística es el mejor trabajo del mundo.!!