domingo, 21 de diciembre de 2014

Sonidos de Borneo

Estamos alojados en una casa árbol en un lugar maravilloso, el Permai Rainforest de Satubong, una península de Sarawak en la Malasia de Borneo.

Jungla a un lado y mar al otro. Todo esta lleno de sonidos. Las olas rompen en el mar y se oye su embestida de forma continúa. A ello se unen todos los ruidos de la jungla: mosquitos, aves y otros especies. El sonido de ambos es ensordecedor. El paisaje es fantástico. A pocos metros de nuestra casa árbol hay una piscina natural del agua proveniente de una cascada y un poco más alejado una playa privada.





Se hace de noche y los sonidos se intensifican mucho más. Al cabo de unas horas justo antes de ir a dormir salgo a grabarlos, pero me doy cuenta de que ya no se oye a ninguna criatura de la noche. Ha empezado a llover y sólo se siguen oyendo el rugido de las olas y el agua cayendo.

De pronto la lluvia se intensifica y comienza una fuerte tormenta: rayos y truenos por doquier. La luz se corta y salta la de emergencia. Alli estamos dentro de la casa árbol los tres acurrucados en la cama. Fuera todo es una gran oscuridad, por un momento tengo miedo. Nos sentimos diminutos ante la potencia de la naturaleza. tan pequeños, tan frágiles.

Pasan los minutos y la tormenta continúa. A mi lado tengo un libro que traje de España: "Los tigres de Mompracen" de Emilio Salgari, comienzo a leerlo para intentar dormir y esto es lo que leo: " la noche del 20 de diciembre de 1849 un violentísimo huracán se desencadena sobre Mompracen, isla salvaje, de siniestra fama, cubil de formidables piratas, situada en el mar de Malasia a pocos centenares de millas de las costas occidentales de Borneo". Es otra época y es otro lugar diferente, pero me doy cuenta de forma siniestra que hoy es 20 de diciembre, 165 años después.

Y de pronto me viene a la cabeza el tsunami de 2004 en las costas de Tailandia y pienso también en toda esa gente que como yo disfrutaba de sus vacaciones en algún lugar increíble. Pero enseguida dejo de pensar ya que si no no voy a dormir en toda la noche y comienzo a escribir. Y además porque sé que nada está en nuestras manos, todo está ya sentenciado.

Sin embargo no cambiaría ni un sólo minuto de mi viaje por la seguridad de lo conocido. Las experiencias tan maravillosas e intensas que estamos sintiendo cada día merecen la pena frente a todo. Malasia es maravillosa y creo que nunca vi a mi hija disfrutando tanto. Es mucho más segura y fácil de lo que imaginaba. No entiendo por qué desde hace ya 13 días que llegamos aquí no he oído otra voz en español que no sea la de mi familia. Hay pocos turistas occidentales, ninguno de habla hispana que se haya cruzado con nosotros, casi todo son asiáticos y aquí sin duda, en Sarawak y Borneo, lo más exótico somos nosotros.

Poco a poco me voy relajando y sé que en breve voy a dormir. Fuera sigue lloviendo mucho. Mañana será otro día.



viernes, 19 de diciembre de 2014

Penang

Después de un par de días en Cameron Highlands nos dirigimos a nuestro próximo destino: Penang. Llegamos tras 4 horas y media de viaje a Georgetown, la capital de este estado de Malasia y fuimos directos a nuestro hotel: Cintra 100. Recuerdo perfectamente cuando lo reservamos a través de booking. Era el único de todo el recorrido que no contaba con aire acondicionado, pero no sé por qué imaginamos que no haría tanto calor como en otros lugares de Malasia y también pensamos que no estaría mal añadir una experiencia realmente auténtica a nuestro viaje. Pero lo reservamos especialmente porque el sitio nos gustaba y era diferente del típico hotel y además contaba con críticas excelentes en cuanto a la amabilidad del dueño y el encanto del hotel.

El Cintra 100 no era sin embargo como nos esperábamos: sus habitaciones eran realmente peculiares: tenían puertas correderas y eran pequeñas: una simple cama con ventilador y mosquitera, pero aunque parecía todo muy abandonado daba la impresión de limpio.

Sin embargo al levantarme la mañana siguiente noté como mis piernas estaban llenas de picaduras que sospechosamente seguían un recorrido desde el pie hasta la rodilla. Si, tenía las piernas plagadas de picaduras de chinches. Eso si, al menos, yo fui la única afectada porque ni mi marido ni mi hija tuvieron una sola. Hace ya cuatro días de esto y todavía me siguen picando como demonios. No empezábamos bien en Penang.

Pero este episodio no fue el único recibimiento negativo que me daría Georgetown. Aquí fue sin lugar a dudas, donde más calor sentí desde que inicie el viaje: tanto que en ciertos momentos resultaba realmente insoportable y tuvimos que recurrir en varias ocasiones a centros comerciales para aliviar el terrible calor. También andar simplemente por sus calles resultaba difícil, ya que la mayoría de ellas no tiene aceras y tenías que ir sorteando su gran tráfico de coches y motos. Además Georgetown es ciudad en la que hay tanto por ver y por hacer que no sabes muy bien por donde empezar, así que fue también donde por primera vez sentí lo que yo denomino como "el mal del turista", ese ansia de ver lo más posible, que hace que al final te agobies y te des cuenta de que no puedes con todo.

Calor insoportable, insectos y también la primera vez que me sentí timada: Según todas las guías una de las razones por lo que la gente acude a Penang es por su exquisita comida. Sin embargo o nuestros paladares no estaban preparados, o no tuvimos suerte, ya que en los tres días que estuvimos allí, probando en diferentes lugares, no comimos nada que fuera realmente especial o que nos hiciera sentir que la comida era mejor que en el resto del país. También dicen que uno de los mejores lugares para probar la comida, son en los mercados callejeros, llenos de puestos de comida donde tu eliges lo que quieras y te sientas en las mesas. La primera noche, un tanto perdidos en esta ciudad que al principio me pareció caótica, nos dirigimos a la explanada al lado del mar donde se encontraba uno de esos mercados. Eramos los únicos occidentales y no teníamos ni idea de que comer, así que me dirigí a uno de los puestos donde más gente había y elegí distintos fritos. Nos lo sirvieron frío y nos cobraron 22 ringits. Me pareció bastante caro y le volví a repetir el precio, pero como me contestó con tanta seguridad pagué, pero poco más tarde supe que sin duda nos habían timado y que su precio real sería como mucho la mitad. Realmente la cuantía era mínima, pero lo peor fue que esa comida no nos gustó nada.






Sin embargo después de estas experiencias negativas y tras tres días visitando el lugar, puedo decir que Penang me encantó: es absolutamente único y auténtico, visitarlo es estar en varias ciudades al mismo tiempo: China, India, la zona colonial. Son como micro ciudades de cada uno de estos países. La zona de calle Armenia tan animada y espectacular con sus pinturas callejeras, sus casas patrimonio de la humanidad , sus mansiones de clanes de chinos, sus tiendas y sus mercados.Y saliendo de la ciudad a unos pocos kilómetros se encuentra un lugar realmente imprescindible y encantador, el tempo budista más grande de Malasia, Kek Lo Si. Nunca había visto nada igual, enorme, impresionante, repleto por todas partes de Budas y tiendas de souvenirs.








En estos tres días, aunque nos faltó mucho por ver, sé que vimos lo imprescindible para hacernos una idea de todo lo que ofrece la ciudad. Pero nos teníamos que ir, nos dirigimos a nuestro próximo destino: otra isla más al norte a dos horas y media de viaje en ferry: Langkawi, un lugar donde nuesto principal propósito era el descanso total.

martes, 16 de diciembre de 2014

Un día en Cameron Highlands

A 4 horas y media de viaje de Kuala Lumpur se encuentra la región de Cameron Higlands, un lugar fantástico donde escapar del calor, estar en contacto con la naturaleza y hacer un montón de actividades.

Nos encontramos como su propio nombre indica en tierras altas, por lo que enseguida te das cuenta del cambio de temperatura respecto a KL. Por la noche hace fresquito y hasta hace falta una chaqueta. Ademas después del bullicio de los primeros días en Chinatown era momento de relajarse un poco en Tanah Rata, una de las poblaciones principales de la región y disfrutar del paisaje y la naturaleza tan peculiar.

Pero además de frescor y tranquilidad en Malasia son muchas otras cosas que en tan sólo 24 horas puedes descubrir. Estas son las que nosotros hicimos:

- Lo más interesante sin duda son sus plantaciones de té. Un paisaje exótico e inusual para el viajero occidental. Amplias extensiones de terreno donde se cultiva el te. El te originario de China fue llevado por los ingleses a sus colonias: India y Sri Lanka y de allí también la introdujeron en Malasia. De hecho es el único lugar de todo el país donde se cultiva te. El paisaje es realmente espectacular especialmente en la fábrica del té BOH ( Best of Higlands) donde además de probar y comprar tés, puedes ver todo el proceso de elaboración del te. Una experiencia fantástica.





- Realizar un treeking guiado por el Mossy Forest o el bosque de musgo. El paseo de unos 45 minutos de duración te permite estar en contacto con la naturaleza y divisar plantas que jamás habías visto como las carnívoras, las orquídeas salvajes, bambúes y caminar por un terreno barroso.


- Ascender a la segunda montaña más alta de la Malasia Peninsular para tener unas vistas extraordinarias de todo el terreno circundante.




-Después de una mañana bastante completa puedes acercarte a otra de las poblaciones de la zona: Brinchang y allí visitar el "Túnel del Tiempo" un museo impresionante, cutre y surrealista lleno de un sin fin antigüedades malayas y cosas muy curiosas. Realmente te teletransportas en el tiempo.



- Para terminar nada mejor que visitar una granja de fresas, donde puedes recoger directamente de la planta tus propias frutas y comprarlas, ver todo tipo de cultivos y comprar cualquier cosa con forma o sabor a fresa. Algo diferente e interesante


Si además tienes más tiempo puedes ir a la búsqueda y descubrimiento de la Rafflexia, la flor más grande del mundo, o hacer senderismo para descubrir la naturaleza más salvaje en entornos llenos de cascadas o descubrir interesantes templos chinos en plena montaña, o visitar el valle de los cactus o quizás un colmenar. Un montón de opciones para todo tipo de públicos.

domingo, 7 de diciembre de 2014

24 horas: Primeras Impresiones de Kuala Lumpur

Dicen que las primeras impresiones son lo que cuentan y puede que a la hora de visitar un país también sea así. Ahora que llevo un poco más de 24 horas en Malasia sólo puedo decir que es aún mejor de lo que me esperaba: ni hay tantos mosquitos, ni hace tantísimo calor como imaginaba, la gente es amable y te sientes cómoda en casi cualquier sitio.

Sin embargo lo mejor de todo es esa mezcla explosiva entre el exotismo que te inunda nada más llegar junto con la modernidad que desprenden algunas zonas de la ciudad. Además es impresionante la cantidad de contrastes que existen, como el caos total al cruzar algunas calles nunca se pone en verde para los peatones!!) mezclado con edificios ultramodernos, una excelente atención y organización. A veces no sabes si estás en una ciudad súper or subdesarrollada, según donde vayas la impresión es muy diferente.

Nuestro primer contacto fue el aeropuerto: muy moderno, organizado con wifi gratuito de 3 horas y un servicio de taxis que funciona a la perfección: dices donde vas y pagas por adelantado. Nosotros pagamos 104 ringis ( alrededor de 25 €) por 3 personas, dos maletas grandes y más de 60 km de distancia. Que bien empezar así!

El taxi nos llevo a nuestro hotel para las 4 primeras noches: el Dragón Inn, un hotel económico con lo más elemental y en pleno corazón de Chinatown a sólo unos pasos del conocido mercado Petaling, donde venden copias falsas de todo tipo de marcas de relojes, bolsos y zapatillas.

Queríamos experimentar algo auténtico y por eso nos alojamos en la zona más caótica y viva de la ciudad donde conviven malayos, indios y chinos formando un conjunto homogéneo: distintas religiones, culturas y gastronomías entremezcladas . En una misma calle te encuentras una mezquita, un templos chino y otro hindú. ¿Puede haber algo más exótico?




                                         

Tras dormir unas horas y experimentar un ligero jet-lag nos despertamos con ánimo de conocer la ciudad. Lo primero que descubrimos es que hay un autobús gratuito que te lleva por las zonas más importantes de la ciudad: GO KL. Este no es sólo gratuito, sino que es bastante eficiente, con frecuencias de entré 10-15 minutos y varias líneas de conexión. Están limpios y no demasiado llenos. En fin, fantástico. Nos subimos en uno de ellos y decidimos que nos llevara por toda la ciudad para tener una impresión general. Hicimos una línea completa, cambiamos a otra y nos bajamos en las Torres Petronas, las Torres gemelas más altas del mundo. El símbolo de la ciudad y lo que ha hecho que Kuala Lumpur sea conocida en todo el mundo


                                     

Pensábamos visitarla otro día cuando estuviéremos ya lo suficientemente descansados, ya que habíamos leído que era gratis subir al skybridge ( puente que une ambas Torres) pero que sólo daban 1000 entradas al día y tenías que levantarte muy temprano para conseguir entradas. Sin embargo el bus paró allí y no pudimos resistirnos a hacer unas primeras fotos. Impresionantes la verdad. Luego entramos en el KLCC o el centro comercial dentro de las Petronas: también impactante por la ingente cantidad de tiendas de lujo. Pero lo que más nos sorprendió es que fuimos a informarnos sobre los tickets para visitarla y averiguamos que de gratis nada (80 ringuits o 20 € por persona) y que podíamos visitarlo en ese momento. Así que no lo dudamos y visitamos tanto el Skybridge como el Observatorio en la planta 86. Las vistas, la organización y la tecnología en su interior fueron realmente impresionantes.

                                 




                                                   


                                

Para acabar la tarde fuimos al parque que hay justo detrás de las Torres, El parque Kuala Lumpur City Center, un auténtico paraíso para los niños, con piscinas exteriores, fuentes sincronizadas, un gigantesco parque infantil y de nuevo unas excelentes vistas de las Torres. Mi hija disfrutó de lo lindo y allí pasamos el resto de la tarde hasta que pudimos ver como poco a poco se encendían las luces y las Torres Petronas lucían más imponentes todavía si cabe.

                                 



                                 

Lo cierto es que el primer día mi impresión ha sido fantástica. Mi hija ya se empieza a acostumbrar al calor y esta encantada con la ciudad. Veremos que nos espera los próximos días.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Mi humilde homenaje

El 17 de julio de 2014 el vuelo MH017 salió de Amsterdam con dirección a Kuala Lumpur. A bordo viajaban 297 pasajeros de distintas nacionalidades. Cada uno con sus deseos y sus motivaciones, unos irían de vacaciones, otros de negocios, pero todos esperan en unas horas llegar a su destino. Pero su vida se truncó en cuestión de segundos. El avión fue abatido por un misil a su paso por Ucrania. No hubo supervivientes. Sin duda una de las noticias más atroces del año y diría incluso del siglo.



Desde entonces poco se ha vuelto a oír en las noticias de este atroz asesinato.¿ Quien fue realmente? ¿Ha tenido alguna consecuencia para sus autores?  ¿Sabremos toda la verdad algún día ? Lo único que sé con certeza es que ese misil dilapidó sueños, esperanzas, miedos, deseos y vidas en cuestión de segundos por algo que  nada tenía que ver con ellos.

Casi 5 meses después, soy yo la que voy a hacer esa  misma ruta: Amsterdam- Kuala Lumpur. Y se que no voy a poder evitar en algún momento de mis 14 horas de viaje pensar en ellos. En ese trágico y terrible destino que les tocó.

Espero dentro de unas horas llegar a Kuala Lumpur y seguir escribiendo mis experiencias y aventuras. Espero vivir algo de ese viaje que ellos no pudieron vivir. Espero disfrutar cada instante allí, porque sin duda cada segundo, cada minuto, cada hora, es un regalo: es vida.

Este post es tan sólo un pequeño homenaje a todos ellos. Que descansen en paz.

Equipaje para un gran viaje

Hoy salimos hacia Malasia. Acabo de terminar una de las tareas que menos me gusta en cualquier viaje: hacer la maleta.

- Lo primero fue preguntarse que tipo de equipaje voy a llevar. Si fuese sola lo tendría muy claro: mochila. Pero en este caso vamos tres y uno de nosotros es una niña de 6 años. Al principio optamos por la mochila, luego por una mezcla de ambas: una mochila grande y una maleta con ruedas para los tres. Así en un momento dado una sola persona podría llevar todo el equipaje. Pero finalmente y en el último momento hemos decidido llevar maletas: una grande y otra mediana y solo nuestra hija llevará una mochila para sus cosas, porque se siente emocionada sintiéndose diferente y tan mayor al mismo tiempo.

Pero ahora viene lo mas importante ¿ Que llevamos? Está claro que cualquier viajero y en cualquier guía siempre aconsejaran llevar un equipaje ligero y eso es lo que al menos hemos pretendido. Especialmente en cuanto a la ropa llevaremos lo más estrictamente necesario, ya que allí es mucho más barato y podemos comprar lo que necesitemos. Pero al mismo tiempo hay que ir minimamente preparados y tampoco quiero gastar ni tiempo ni dinero en cosas que ya tengo aquí.

Este es solo mi equipaje para casi un mes por Malasia. 



Ropa:  Pantalones de travesía desmontables para poderlos llevar largos y cortos, pantalones cortos, camisetas lo más finas posibles y transpirables, que hemos comprado en Decathlon, chaqueta para los lugares donde hará fresco (Cameron Highlands) y lugares con aire acondicionado, chubasquero, pijama, ropa interior, gorras para el sol, bañadores.

Calzado: sandalias y zapatillas para caminar

Pero además también vamos a llevar otra serie de artículos esenciales:
Cremas Solares:



Anti mosquitos: hemos preparado un arsenal para evitarlos desde pulseras antimosquitos, a enchufes, espirales y sprays


Enchufes: varios adaptadores al enchufe malayo ( igual que el inglés), más una regleta de enchufes. Más lo cargadores de los aparatos que nos llevemos.

Mochilas: Una mochila pequeña para el día a día para cada uno de nosotros, para poner lo más necesario para el día: agua, gorra, crema solar, chaqueta, etc.

Otras cosas: gafas de sol,toalla de secado ultrarápido, neceser básico, cámara de fotos, guías de viaje,cuadernos de notas, mapas, botiquín y copia de toda la documentación importante para el viaje
 ( pasaportes, tarjetas de crédito, seguros, etc)


Además llevaré mi teléfono que por supuesto no utilizaré para hacer llamadas ni conexión de datos, pero si lo utilizaré como cámara de fotos rápida, para comunicarme con el resto del mundo y para planificar y buscar información (siempre con wifi) y para leer y entretener a mi hija con las apps instaladas cuando sea necesario.

Seguro que me falta algo y más seguro que algo me sobra, pero da igual, ya estamos preparados!!




miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿ Qué espero encontrar en Malasia?

¿Por qué viajo a Malasia? ¿Qué es lo que espero encontrar allí?

Esta es la segunda vez que viajo a Asia. La primera fue hace 17 años en 1997.  Tres meses viajando sola recorriendo la India.  Mi presupuesto era escasísimo, viajé siempre en trenes de tercera, hostales de mochileros y no llevaba ninguna ruta trazada.  No tuve una ducha real en todo ese tiempo, ya que lo hacía con cubos de agua, tuve piojos a destajo, comía con las manos y dormí en antros de todo tipo. 

Sin embargo conocí a gente maravillosa, probé todo tipo de deliciosas comidas picantes, no me puse enferma, vivía totalmente el momento y sentí realmente lo que era ser libre y feliz ! La experiencia no pudo ser mejor, engrandeció mi alma y me cambió la vida. Fue uno de los tiempos más felices. Cuando tuve que regresar lloré amargamente, porque sabía que ya no iba ser tan fácil volver y que cuando lo hiciera ya nunca sería igual.


Ahora no creo que pudiera hacerlo o al menos disfrutarlo del mismo modo que antaño: la edad, los prejuicios, el cansancio y los miedos se han incrementado. Ya estoy demasiado sistematizada.  Por eso de nuevo 17 años después y después de un año que no ha sido muy fácil para mi, vuelvo a Asia,  a un lugar mucho mas desarrollado que la India: Malasia, pero aun así espero encontrar aunque sea solo un poco de ese espíritu que encontré antaño.

Así que una de mis primeras intenciones de este viaje es que de nuevo volver a poner mi vida en perspectiva, desenfocar de los problemas cotidianos y ver la vida bajo otra óptica y evadirme un poco de este tipo de vida occidental tan apegada al trabajo-dinero-trabajo.

 Pero también hay otras cosas para lo que creo que servirá mi viaje:

-  La primera de ellas es la descubrir un país del que sé muy poco. Conocer nuevos lugares, distintas formas de vida, cultura, religión, comidas, fauna y flora  y averiguar por qué Malasia es un país mucho menos turístico que algunos de sus vecinos.

- Para vivir la aventura  y el descubrimiento en familia

-  Para ponerme en el lugar de los turistas o viajeros que salen a miles de kilómetros de su país: sentir sus mismos miedos y dudas para así poderlos entender mejor cuando vengan en mis viajes.

- Salir de mi casa y mis comodidades donde he pasado los últimos dos meses, para regresar con esas ganas de volver a mi país, a mi tierra a mi cultura. Y es que a veces hace falta viajar muy lejos para apreciar mas tu vida y tus circunstancias. Eso sin duda es una de las mejores cosas de viajar: cuando regresas valoras lo que tienes mucho mas.

- Pasar unas Navidades diferentes en el otro hemisferio. Con calor y playa por primera vez en mi vida.

- Romper con la monotonía y dejarme llevar por los acontecimientos.

- Para encontrarme con almas afines en el otro lado del mundo.

- Para tener material para escribir por aquí.

Esto es lo que espero encontrar, aunque quién sabe como lo viviré.
De todas formas esa incertidumbre también me gusta.!

PD: Justo después de escribir esto encontré por casualidad un magnífico post  en que el que se habla de las motivaciones que llevan a alguien a viajar: "Si emociona Pensarlo, Imagina hacerlo". No os lo perdáis!