miércoles, 27 de mayo de 2015

EL CAMINO DE SANTIAGO: PURIFICACION Y TRANSFORMACION

Es mi cuarto día de peregrinación hacia Santiago e intentó encontrar respuestas acerca de qué tiene de mágico y transformador este camino.

Hoy un pequeño suceso fue engrandeciéndose en mi mente y provocando un desborde emocional: Debe de ser que mi sensibilidad está al límite o debe ser por el Camino.

Todo empezó con algo tan trivial como la preparación de un picnic para los clientes del tour privado a Santiago: queso de Arzúa, chorizo, paté, banderillas, jamón, aceitunas y un par de botellas de vino para amenizar la jornada y encontrar la recompensa tras el esfuerzo de la segunda etapa. Yo ya había recorrido la primera, unos 5 km, y entre la preparación de la comida y la hora que era, tenía un hambre terrible. Me hubiese gustado poder comer algo antes de que ellos llegasen, pero ninguno de mis compañeros lo hacían y por lo tanto pensé que lo compartiríamos cuando ellos llegarán. Cuando estaba ya casi a punto de terminar de prepararlo empezaron a llegar los primeros clientes y a comer con un ansia impresionante. Mientras ellos comían y alababan lo rico que estaba todo, yo estaba allí mirando y ninguno se dignó a ofrecernos o invitarnos: no éramos sus camareros, éramos sus guías y compañeros de camino. Es más noté  que era algo prohibido, como que no estaba bien que comiéramos a su lado o de su misma comida. Como que realmente había que establecer una separación entre ellos y nosotros. Poco a poco fueron llegando el resto y en poco tiempo acabaron con todo. Me daba igual si ellos comían antes o después, juntos o separados, pero consideraba que nosotros deberíamos poder acceder a eso o algo parecido durante la hora de la comida. Pero no, no había nada y yo me sentí humillada, jamás me había ocurrido algo así, era como si hubiera creado una gran barrera imaginaria entre ellos y yo, nosotros sí y tu no, y yo  tuviera que estar allí viendo el suculento espectáculo que se estaban dando. 


Empece a sentirme mal y pensé que no necesitaba aguantar esto, así que dije que me iba a comer. "¿A comer? ¿Dónde?, No hay ningún sitio hasta los próximos 4 km", me dijeron mis compañeros. Entonces aun me sentí peor, resulta que no sólo debía aguantar el mirar como comían lo que para mi no estaba permitido, sino que además yo no podría hacerlo hasta al menos dentro de una hora y con esfuerzo extra. Todo me parecía injusto y humillante. Todo era una metáfora de la vida.

Comencé entonces a caminar a toda prisa, las piernas me dolían pero yo seguía y seguía llena de rabia y de ira. A mitad de camino encontré un prado apartado que me llamaba: me senté, me desahogué y lloré.  

No sé exactamente por qué, pero fue realmente una explosión emocional. No se sí ellos me hicieron sentir inferior o fui yo misma con mis pensamientos, pero me sentía realmente mal. Llore por ese anecdótico episodio y por toda la carga soportada en los últimos meses, por todo el esfuerzo que tenía que realizar en mi vida, por todas las injusticias habidas y por haber, por cómo estaba organizado el mundo y por otras decenas de razones desconocidas.

Poco a poco comencé a relajarme y empece a mirar lo que tenía a mi alrededor: allí había total calma y tranquilidad y sobre todo no había nadie. Vi el prado lleno de hierba, a su lado había algunas matas que sobresalían con altivez y pensé que la naturaleza también era injusta, desde allí estas últimas  tenían otra perspectiva y podían ver los árboles y las montañas. Sin embargo, las hierbas, que  para mi representaban a la mayor parte de la humanidad, a mi misma, tenían una visión mucho menor, una falta de perspectiva del resto del paisaje, eran otras de tantas sin más, sin sobresalir en nada. En este estadio de mis pensamientos una mariposa empezó a revolotear y vi como poco a poco se posaba sobre un hoja de la hierba, lo vi como una señal, como que la naturaleza me estaba hablando y entonces me re-energicé y continúe andando.

                                     




Por el camino encontré nuevas señales, como ese pequeño café  self-service a mitad de camino: Pura generosidad y confianza, o ese señor que me entregó un folleto de su restaurante: "Casa Dolores" ."..es el segundo, todo casero.. " Con mi sensibilidad al 100 por cien, también lo sentí como una llamada y anduve otro kilómetro y medio más hasta encontrarlo. 

Mientras caminaba me llamaron del trabajo para decirme que iba a haber unos cambios.¿Cambios?- Esa palabra resonó en mi mente, "no por favor, cambios no, que ya lo tengo todo organizado"-respondí. No sé sí fueron la contundencia de mis palabras o que tras repasarlo vieron que no era posible, pero finalmente me dijeron que todo seguiría igual y respondí, "gracias, genial, incluso a veces aunque sea para mejor, es preferible no hacer cambios" colgué y al momento pensé "que triste, que poco he mejorado,  como todo me afecta de forma exagerada, que poco dejo que las cosas fluyan, que terror hacia los cambios. ¿Pero no era este Camino transformador? ¿Es que no me estaba sirviendo de nada? " y de nuevo me castigué a mi misma y lloré de rabia.

Cuando llegué al restaurante no tenían lo que yo quería, me sentía tan cansada, que ya casi se me había pasado el hambre. Pero comí hasta hartarme como medio de resarcirme de mi episodio pasado.

Seguí caminando a paso firme, mientras no podía evitar seguir llorando. En un momento pensé que quizás me estaba limpiando y que era el paso previo a cualquier otro cambio interior, pero pese a ello, no me sirvió de consuelo. Llegué a la meta final del día y el grupo me estaba esperando, me daban la enhorabuena por haber acabado la etapa del día, finalmente unos 20 km andando, pero yo seguía  ajena a todos y sumergida en mis pensamientos.  Ojalá hubiese seguido andando. Llegue al hotel y me encerré, no quería cenar ni estar con nadie. Estaba ajena a todo y dolida, ahora especialmente conmigo misma.

¿Puede ser que esto me haya liberado de toda la tensión acumulada? ¿Puede ser que este sea el paso previo a la transformación y al verdadero cambio? No lo sé, sólo sé que después de un día muy caluroso en Galicia, se ha puesto a llover, y se que sin duda, la lluvia lo purifica todo, y eso sin duda lo siento como otra señal que me manda la naturaleza y el universo.


lunes, 11 de mayo de 2015

Situaciones estresantes de una guía turística I


Este es un post con vida propia ya que irá creciendo a medida que vaya teniendo nuevas experiencias al respecto. No siempre el trabajo de guía es fácil y a veces tenemos que enfrentarnos a situaciones realmente estresantes. Estas son algunas de las situaciones reales que he sufrido mientras trabajaba, referente a ROBOS - PÉRDIDAS - OLVIDOS


- Intentar sacar dinero en un cajero con la tarjeta de empresa un sábado por la noche, que se la trague el cajero y que además aparezca como realizadas transacciones que no has hecho. Sin tarjeta para pagar las excursiones, sin dinero y con 2.000€ menos en tu cuenta

- Que te roben tu bolso con tus 2 teléfonos, tu documentación, tu dinero y tus tarjetas en Florencia y tener que depender de la generosidad del antipático conductor italiano para que te deje hacer las llamadas pertinentes.

- Darte cuenta de que te han robado el teléfono en el metro, en el mismo instante que sales del vagón y saber que ya no va a haber forma de recuperarlo, y ahí quedan tus contactos, tus notas, tus fotos.

- Dejar tu maleta para dos meses de trabajo en el maletero del bus, ir a recogerla y darte cuenta de que ha desaparecido. Sin ropa, sin zapatos, sin neceser, sin nada que ponerte en tu segundo día de viaje como guía.

- Perder tu DNI en el control de seguridad del aeropuerto y no poder embarcar a tiempo en tu vuelo, en el primer día de trabajo en una nueva empresa. Conseguir coger el siguiente vuelo, pero que al llegar tu maleta no esté y para cuando llegue tu ya te has ido al siguiente destino y tienes que realizar tu primer circuito sin maleta durante toda una semana.

- Que te hayan robado el datafono y tengas que cobrar todas las excursiones todo en efectivo y tengas que llevar encima miles de euros paseandolos por media Europa.

- Llevar al grupo al aeropuerto y en el maravilloso instante en que te estas despidiendo de tu grupo, que uno de ellos te diga que se le ha olvidado el pasaporte en el autobús ,que hace ya media hora salió rumbo a otra ciudad.

- Que el día anterior a la salida de tu vuelo en Roma y después de 15 días de tour, recibas un email de tu compañía aérea diciendo que con motivo de una huelga de maleteros en tu ciudad de destino no puedas facturar tu maleta.

- No llevar el calzado adecuado en Polonia, tener los pies calados y doloridos y recorrerte media ciudad buscando una zapatería en los escasos 20 minutos de tiempo libre y regresar tarde, sin zapatos y de peor humor.

-Que salgas del hotel con tu grupo y al cabo de media hora recibas una llamada de uno de tus clientes preguntándote que donde estáis y darte cuenta de que te has olvidado de ellos.

- Estar plácidamente dormida en tu cuarto y recibir una llamada del conductor diciéndote que hace ya 20 minutos que está todo el grupo esperándote en el bus.

- Que un estudiante se quede dormido en el trayecto de metro de París y se le pase la estación de metro, nadie sé de cuenta, y no sepamos donde está y si sabe mi teléfono y el hotel en el que estamos.