sábado, 1 de octubre de 2016

Saber parar

Aquella noche no pude dejar de pensar en él. Comenzó a las 8.30 am en nuestro hotel de Bruselas. Cuarenta minutos más tarde estábamos en Gante donde hizo una visita de una hora y media. De ahí a Brujas y otra visita de 2 horas y después cogió el tren a Bruselas para repetir de nuevo con otro grupo.  Ya de noche sentada en la terraza de una cafetería volví a verle de nuevo y pensé que ya regresaba a casa, cuando observe que todavía llevaba el micrófono y detrás de él un grupo nuevo le seguía. No podía creerlo !

Así un día y otro día y otro más, durante uno, dos, tres cuatro, cinco más y año tras año lo mismo. Las palabras y el discurso surgen de forma totalmente automática, repitiendo los mismos chistes, expresiones y la misma información. Al pasar delante de un monumento casi puedo saber de qué va a hablar ya que casi siempre sigue el mismo discurso. No puedo entender cómo alguien puede dedicar tanta parte de su vida a realizar un trabajo tan repetitivo. Y es que en mi caso tengo un terror absoluto a la monotonía y por ello cada pocos años cambio de trabajo, de destino, de agencia y me abro a lo que más placer me produce, la novedad y el descubrimiento.

Mi amigo es guía local en Bruselas, Brujas y cualquier otro sitio de Bélgica que se te pueda ocurrir. Tengo que reconocer que aquel día me día me entristeció ver a un hombre de su edad que debería estar disfrutando de los placeres de su jubilación y de sus nietos, esclavizado en un trabajo que ya a fuerza de ser repetitivo no tenía ningún sentido para él salvó el exclusivamente monetario.

Aunque sé que no lo hace por avaricia para acaparar un dinero que no tendrá tiempo de gastar, sino sobre todo para darle más tiempo a su hijo, pero aún así a veces hay pararse a pensar hasta donde vas a llegar.

Y es que la vida es una conjunción de tres variables

Cuando eres joven tienes energía pero no tienes ni tiempo ni dinero
Cuando eres maduro tienes dinero y energía pero no tienes tiempo
Cuando eres viejo tienes tiempo y dinero pero no tienes energía.

En su caso solo dinero y además para los demás.. ¿Es eso avaricia o es simplemente demasiado alineado en esta sociedad que gira y gira en torno al dios dinero.?

Hay que saber decir no, hay que saber parar y dedicar tiempo para ti y para los demás, eso sí que no tiene precio.