Enero 2015: Año nuevo en el otro hemisferio. Inició el año en Kuala Lumpur, tras un mes de vacaciones familiares por Malasia. A los pocos meses comiendo a trabajar: 6 tours por toda Europa, 8 semanas en Polonia, 5 caminos de Santiago, una semana de relax en Lanzarote y resto del año libre hasta febrero 2016 . Entonces vuelvo a empezar de nuevo: Disfruto de un mes con la familia visitando Chile y Argentina y una semana en Irlanda. Luego vuelta al trabajo de nuevo: 7 tours por toda Europa, 1 mes en Polonia, tres caminos de Santiago y Navidad y año nuevo 2017 en Nueva York, New Jersey y Canadá.
Esta ha sido mi vida en los tres últimos años, la vida que quiero y deseo. Vuelvo a casa el 10 de enero con una intensa alegría de sentirme tan privilegiada de haber podido disfrutar las vacaciones donde y con quién he querido. Pero a los 4 o 5 días cuando básicamente lo único que hecho en casa es descansar, me viene un enorme bajón emocional. Es como si hubiera dejado de sentir placer con las cosas que me gustan y solo siento lo negativo. Sin ningún motivo aparente me levanto sin energía y con ganas de volverme a dormir en cuanto me despierto. Empiezo a preguntarme cuál puede ser la causa y pienso que quizás lleve un ritmo de vida excesivamente rápido o demasiado intenso: pero al mismo tiempo no veo que haya nada de malo cuando es lo que deseo. Quizás esa desazón se produce de forma inconsciente en mi cuando he realizado lo que he deseado, o es que mi sistema no puede estar en constante disfrute y necesite tener estos momentos bajos para luego remontar, vivir y disfrutar.
No lo sé, pero ha pasado ya más de una semana y sigo igual. Hoy me encuentro en mitad de un tour con un grupo fantástico de americanos mejicanos visitando lugares que he hecho decenas de veces y todo está saliendo bien excepto yo, que no me encuentro.
Insegura hasta límites increíbles, pensando las cosas demasiado, sin dejarme fluir, sin disfrutar .Me siento diferente, sin que brote en mi esa chispa que me hace ser lo que realmente soy. Tengo más de lo que pueda querer y me siento profundamente agradecida por todo cuanto tengo: mi trabajo, mi familia, mi vida en general. Pero cuanto más consciente soy de que no soy la silvia que quiero ser más bajón me produce. ¿Es que esa chispa tiene fecha de caducidad o es que se está agotando.?
Puede que solo un ciclo o incluso un cambio hormonal cuando veo que poco a poco mi cuerpo va abocado sin control al paso de los años. No lo sé, como tampoco tengo claro si es mejor sentirse así teniendo una razón concreta o sin tenerla. Pero lo cierto es que empiezo a terminar de escribir este post y poco a poco empiezo a sentirme mejor! Quizás a veces solo es necesario desahogarnos y transmitir lo que tenemos dentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario