Hace unos días como una reacción casi espontánea de compensación por el mes de trabajo intenso y duro que acababa de terminar, decidimos darnos el lujo de sacamos unos vuelos para irnos de vacaciones este próximo diciembre, el mes que más nos conviene para viajar.
Fue todo muy rápido, vi un email de KLM en mi bandeja de entrada con vuelos internacionales muy económicos sólo durante ese día. Queríamos un destino donde hiciera calor y pudiéramos disfrutar en invierno de un verano vacacional, que en España no íbamos a disfrutar. Así que sin duda iríamos al hemisferio sur: Estuvimos viendo las diferentes opciones y finalmente nos lanzamos a un destino casi sin pensar y de una forma un tanto impulsiva: Kuala Lumpur, precio 520€ Ida y vuelta por persona.
La verdad es que antes no sé nos había pasado por la cabeza este lugar, pero nos decidimos por este destino por el precio de los vuelos, porque el coste de vida es mucho más barato que en el mundo occidental, por su exotismo y su lejanía sin igual, y por tratarse de cambio radical de costumbres, comidas y tiempo. Mire rápidamente en internet las opiniones sobre viajar a Malasia, ya que desconozco prácticamente todo al respecto, y encontré que era país interesante, con mucha humedad y calor, pero uno de los mejores destinos para adentrarnos en el sureste asiático,
Así que mi marido, mi hija de 6 años y yo tenemos previstas unas vacaciones de casi un mes en Malasia: Nochebuena y año nuevo incluido. Por supuesto viajaremos por nuestra cuenta y es probable que hagamos algún corto tour organizado por la zona, además de darnos una semana en alguna cabaña perdida en alguna isla paradisiaca, pero el resto lo descubriremos nosotros mismos.
Para alguien que se pasa casi 6 meses al año viajando sin parar, el buscar un destino como este, puede parecer una forma de masoquismo, de complicárse más la vida. Sé que mucha gente me dirá: madre mía y tan lejos y tan diferente, y el calor, y las vacunas, y la lengua y la niña tan pequeña llevarla allí...Se que en la propia España o en nuestra querida Europa hay cientos de lugares súper interesantes para visitar, pero la idea de pasar un mes juntos de aventura descubriendo un país tan lejano nos atrajo de verdad. Y aunque seguro que es maravilloso, a veces no puedo evitar preguntarme si he acertado en buscar este destino que implica tanta aventura, en lugar de irnos a un destino más de descanso o al menos más fácil. Aunque yo ya he viajado sola a lugares tan exóticos como la India o Brasil y fueron experiencias maravillosas, no puedo evitar sentir un cierto temor, pensando que si nos hemos complicado la vida por irnos allí con una niña pequeña. De momento nadie lo sabe en la familia todavía y seguro que cuando se enteren van a flipar.
Pero entonces me vinieron a la cabeza mis vecinos Javier y Verónica, que con tres hijas pequeñas, se han lanzando a por un cuarto hijo. La gente no dice nada, pero algunos piensan: qué valientes lanzarse a por otro hijo en estos tiempos que corren, otros creen que están locos: con lo que cuesta criarlos, la falta de espacio y de tiempo y si no tenían ya suficiente con tres, etc, etc. Y no puedo evitar pensar que entre sus vidas y la mía aunque totalmente opuestas hay un gran paralelismo: ese viaje hacia lo desconocido, ese salir de la zona de confort y lanzarse a la aventura. Y lo más fuerte es que además la fecha de su nacimiento coincide con el inicio de nuestro viaje!
Nosotros al igual que mis vecinos estamos muy contentos y nos sentimos unos privilegiados, pero al mismo tiempo no podemos evitar sentir un cierto temor, ya que aunque ambas situaciones son realmente enriquecedoras también implica un nuevo riesgo. Quizás los hagamos por sentirnos más vivos, por vivir vidas más intensas y llenas de experiencias o quizás también porque estamos un poco locos
Seguiré informando, ya que desde aquí haré una crónica de este viaje. Desearme suerte y sobre todo espero dejarme llevar e irme sin ningún miedo, porque este es uno de los mayores enemigos de los viajes y de la vida.
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