domingo, 7 de diciembre de 2014

24 horas: Primeras Impresiones de Kuala Lumpur

Dicen que las primeras impresiones son lo que cuentan y puede que a la hora de visitar un país también sea así. Ahora que llevo un poco más de 24 horas en Malasia sólo puedo decir que es aún mejor de lo que me esperaba: ni hay tantos mosquitos, ni hace tantísimo calor como imaginaba, la gente es amable y te sientes cómoda en casi cualquier sitio.

Sin embargo lo mejor de todo es esa mezcla explosiva entre el exotismo que te inunda nada más llegar junto con la modernidad que desprenden algunas zonas de la ciudad. Además es impresionante la cantidad de contrastes que existen, como el caos total al cruzar algunas calles nunca se pone en verde para los peatones!!) mezclado con edificios ultramodernos, una excelente atención y organización. A veces no sabes si estás en una ciudad súper or subdesarrollada, según donde vayas la impresión es muy diferente.

Nuestro primer contacto fue el aeropuerto: muy moderno, organizado con wifi gratuito de 3 horas y un servicio de taxis que funciona a la perfección: dices donde vas y pagas por adelantado. Nosotros pagamos 104 ringis ( alrededor de 25 €) por 3 personas, dos maletas grandes y más de 60 km de distancia. Que bien empezar así!

El taxi nos llevo a nuestro hotel para las 4 primeras noches: el Dragón Inn, un hotel económico con lo más elemental y en pleno corazón de Chinatown a sólo unos pasos del conocido mercado Petaling, donde venden copias falsas de todo tipo de marcas de relojes, bolsos y zapatillas.

Queríamos experimentar algo auténtico y por eso nos alojamos en la zona más caótica y viva de la ciudad donde conviven malayos, indios y chinos formando un conjunto homogéneo: distintas religiones, culturas y gastronomías entremezcladas . En una misma calle te encuentras una mezquita, un templos chino y otro hindú. ¿Puede haber algo más exótico?




                                         

Tras dormir unas horas y experimentar un ligero jet-lag nos despertamos con ánimo de conocer la ciudad. Lo primero que descubrimos es que hay un autobús gratuito que te lleva por las zonas más importantes de la ciudad: GO KL. Este no es sólo gratuito, sino que es bastante eficiente, con frecuencias de entré 10-15 minutos y varias líneas de conexión. Están limpios y no demasiado llenos. En fin, fantástico. Nos subimos en uno de ellos y decidimos que nos llevara por toda la ciudad para tener una impresión general. Hicimos una línea completa, cambiamos a otra y nos bajamos en las Torres Petronas, las Torres gemelas más altas del mundo. El símbolo de la ciudad y lo que ha hecho que Kuala Lumpur sea conocida en todo el mundo


                                     

Pensábamos visitarla otro día cuando estuviéremos ya lo suficientemente descansados, ya que habíamos leído que era gratis subir al skybridge ( puente que une ambas Torres) pero que sólo daban 1000 entradas al día y tenías que levantarte muy temprano para conseguir entradas. Sin embargo el bus paró allí y no pudimos resistirnos a hacer unas primeras fotos. Impresionantes la verdad. Luego entramos en el KLCC o el centro comercial dentro de las Petronas: también impactante por la ingente cantidad de tiendas de lujo. Pero lo que más nos sorprendió es que fuimos a informarnos sobre los tickets para visitarla y averiguamos que de gratis nada (80 ringuits o 20 € por persona) y que podíamos visitarlo en ese momento. Así que no lo dudamos y visitamos tanto el Skybridge como el Observatorio en la planta 86. Las vistas, la organización y la tecnología en su interior fueron realmente impresionantes.

                                 




                                                   


                                

Para acabar la tarde fuimos al parque que hay justo detrás de las Torres, El parque Kuala Lumpur City Center, un auténtico paraíso para los niños, con piscinas exteriores, fuentes sincronizadas, un gigantesco parque infantil y de nuevo unas excelentes vistas de las Torres. Mi hija disfrutó de lo lindo y allí pasamos el resto de la tarde hasta que pudimos ver como poco a poco se encendían las luces y las Torres Petronas lucían más imponentes todavía si cabe.

                                 



                                 

Lo cierto es que el primer día mi impresión ha sido fantástica. Mi hija ya se empieza a acostumbrar al calor y esta encantada con la ciudad. Veremos que nos espera los próximos días.

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