miércoles, 14 de enero de 2015

Mis encuentros con animales en Malasia y Singapur

Cuando decidimos visitar Malasia y Singapur tenía claro que en mi programa de viaje no podía faltar la visita a tres lugares donde esperaba encontrar animales únicos y diferentes de lo que jamás había visto. Estos lugares eran : La reserva de Semengook, el parque nacional de Bako, ambos en Borneo y el Safari nocturno de Singapur.

Ninguno fue lo que me esperaba, es más fue casi lo contrario que imaginaba: tenía unas altas expectativas respecto al Safari nocturno de Singapur, también en cuanto al encuentro de monos narigudos en Bako y muy bajas expectativas respecto a los orangutanes de Semenggoh.

El Safari nocturno de Singapur prometía ser una experiencia emocionante y totalmente diferente. La guía de Lonely planet con la que viajé y los blogs que consulté contaban maravillas del mismo. Para mi, sin embargo resultó ser como cualquier otro parque temático atiborrado de gente. Puede que no fuesemos en el día adecuado: en plenas vacaciones de Navidad, por lo que tuvimos que esperar una larga cola de más de una hora de duración hasta que pudimos coger una especie de trenecito que hacía un recorrido de unos 45 minutos. Así pudimos ver en libertad ciertos animales: elefantes, leones, hienas y sobre todo muchas especies de ciervos. Pero todo me pareció  bastante artificial, un entorno limitado para estos animales con unas luces estratégicamente  dispuestas  iluminaban los lugares donde normalmente comían o descansaban, al mismo tiempo que un guía nos iba dando información sobre ellos, pero pese a todo me decepcionó. Como punto culminante, no pudimos ver el show " Creatures of the night" porque el show estaba totalmente abarrotado de gente.

Mucho más que gustó el Parque de Pajaros de Kuala Lumpur (KL Brid Park)  un paraíso tropical con más de 3000 aves de 200 especies diferentes que revolotean libremente por el parque, cubierto por una extensa e impresionante red o el Parque de Mariposas (Taman Rama-rama) a sólo 5 minutos del KL Bird Park.









Otra de las grandes atracciones de mi viaje iba a ser el  fantástico Parque Nacional de Bako  Llegar hasta allí es ya simplemente una aventura: la única forma accesible es por medio de barcas y su movimiento depende en gran manera de las mareas del mar de China. Como estaba tan baja cuando llegamos tuvimos que esperar dos horas y media en Bako Bazaar, el pueblecito desde donde salen las lanchas para salir hasta allí. Pero la espera mereció la pena, el entorno y la vegetación de Bako es ya de por si cautivador, pero no menos su enorme cantidad de vida animal, especialmente los monos narigudos en peligro de extinción que pretendíamos ver. Pero no tuvimos suerte, después de casi dos horas haciendo trekking bajo un sol abrasador y una humedad impresionante, llegamos a lugares encantadores pero sólo vimos muy a lo lejos a uno de estos monos narigudos. Una pena.









Sin embargo lo mejor de todo mi recorrido en cuanto a avistamiento de animales fue sin duda la visita a la Reserva Natural de Semenggoh, uno de los mejores lugares del mundo para ver orangutanes semi-salvajes en su propio hábitat. Realmente no esperábamos ver gran cosa ya que normalmente se les pueden ver a la hora en que les dan de comer, pero estábamos en temporada de frutas y por lo tanto las opciones de verlos eran mínimas. A las tres de la tarde un nutrido grupo de turistas esperaba bajo un calor sofocante a que entre las ramas se pudiera divisar algún orangután. Y así fue, después de llamarles varias decenas de veces pudimos ver un ejemplar balanceándose entre las copas de los árboles. Yo ya me sentí satisfecha, al menos los habíamos visto.




Pero mi sorpresa y mi emoción fue mucho mayor, cuando tuvimos una inesperada y gratísima sorpresa, ya que un poco más allá, pudimos ver a un orangután con su hijo a pocos metros de nosotros, jugando en la tierra. No podía creérmelo.




Pero ahí no quedó todo, ya que de pronto se pusieron a andar juntos, y empezaron a recorrer un buen tramo del recorrido de vuelta. Se paraban, nos miraban y parecía que casi posasen para nosotros. Estaban ahí mismo. Estos animales que sólo existen en Borneo y Sumatra y estaban ahí delante nosotros. Fue algo totalmente increíble, una de las mejores experiencias de mi viaje a Malasia y algo que sin duda jamás podré olvidar.






De nuevo me di cuenta de que lo mejor es ir con bajas expectativas y dejarte sorprender. Por esta grata sorpresa y por otras muchas más, puedo decir que Sarawak en el Borneo Malayo, ese jardín salvaje y encantador, es un lugar fantástico al que espero algún día poder regresar y conocer más profundamente.










1 comentario:

  1. hola amiga
    estupendo lugares lo que pudiste visitar en Malasia y singapur muy bien graficadas por las fotografias. los orangutanes parecen de pelicula. te felicito por tu vivencia.
    Turismo Chile

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