Érase una ciudad que conserva sus tradiciones pero abierta y preparada para el resto del mundo, con decenas de monumentos conmemorativos, llena de historia y religiosidad, con cientos de cosas por hacer, con un barrio judío, un castillo real en lo alto de una colina donde además se encuentra la misteriosa piedra del Chakra, con una casco histórico precioso, con el mejor ámbar y artesanías variadas.
Érase una antigua capital del país que se transformó en capital de una región: Malapolska. Érase una ciudad protegida por los alemanes en la II GM.
Érase una ciudad de cuento: érase Cracovia.
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