En tan solo dos días y medio hemos conocido las capital de un gran país como Chile. La experiencia no ha podido ser mejor, quizás sea porque ha sido la primera vez que lo visitábamos y Santiago ha sido la puerta de entrada a una pequeña parte de todo lo que nos puede deparar Chile.
La comida nos ha sorprendido especialmente, está todo riquísimo y hay una enorme variedad de opciones, desde el fantástico pescado y marisco, hasta carnes, pasteles, empanadas, y otras muchas delicias. El vino, la cerveza y el Capikue o Mote con huesitos también han hecho nuestras delicias.
Chile nos está sorprendiendo muy gratamente.
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