No llamaba la atención a primera vista, pero si te fijabas más detenidamente pronto comprobabas que en su juventud fue bastante guapa. Ahora su cuerpo y sus ojos reflejaban la placidez y la quietud de quién se ha conformado con su destino y ha dejado a un lado sus aspiraciones juveniles para vivir una vida más o menos cómoda y entregada al cuidado de sus hijos.
Deseaba conocer mundo y viajar por múltiples países, pero al mismo tiempo quería dedicarse realmente a su familia. Así que sus sueños casi alcanzados de política recorriendo el mundo menguaron en los de una profesora de instituto que cada año viajaba con sus estudiantes a distintos lugares de Europa. Su divorcio con sus dos niños pequeños fue el punto de mayor inflexión en su vida y lo que hizo que su destino cambiase para siempre. No es que no fuese feliz ahora, quizás jamás lo haya sido tanto como en estos momentos, pero siempre le quedará la duda. Y a esa mirada placida y complacida solo le falta la adrenalina de la aventura y del cambio.
A veces tan solo son nombres, son PAX, son gente igual con distinta cara, es más de lo mismo, pero de vez en cuando aparece alguien que con un pequeño detalle cambia radicalmente tu forma de verlos y les ves realmente como personas, como semejantes, y solo unas pocas, muy pocas veces, en ellos ves una parte de tí. Esta vez la profesora que fui a recoger me llegó muy adentro. Fueron tan solo unas horas, lo que dura el trayecto del Ave Madrid- Málaga, pero me sentí tan reflejada en ella en algunos aspectos, que me invadió un sentimiento de bondad infinita. Casi estuve a punto de rechazar su generosa propina, porque me sentía que aunque acabase de conocerla estaba hablando con una amiga, pero al mismo tiempo se que hacerlo hubiera sido hacerla un feo y ante todo este era mi primer trabajo para mí, despues de más de ocho meses dedicada en exclusiva a mi recien nacida Adriana.
Deseaba conocer mundo y viajar por múltiples países, pero al mismo tiempo quería dedicarse realmente a su familia. Así que sus sueños casi alcanzados de política recorriendo el mundo menguaron en los de una profesora de instituto que cada año viajaba con sus estudiantes a distintos lugares de Europa. Su divorcio con sus dos niños pequeños fue el punto de mayor inflexión en su vida y lo que hizo que su destino cambiase para siempre. No es que no fuese feliz ahora, quizás jamás lo haya sido tanto como en estos momentos, pero siempre le quedará la duda. Y a esa mirada placida y complacida solo le falta la adrenalina de la aventura y del cambio.
A veces tan solo son nombres, son PAX, son gente igual con distinta cara, es más de lo mismo, pero de vez en cuando aparece alguien que con un pequeño detalle cambia radicalmente tu forma de verlos y les ves realmente como personas, como semejantes, y solo unas pocas, muy pocas veces, en ellos ves una parte de tí. Esta vez la profesora que fui a recoger me llegó muy adentro. Fueron tan solo unas horas, lo que dura el trayecto del Ave Madrid- Málaga, pero me sentí tan reflejada en ella en algunos aspectos, que me invadió un sentimiento de bondad infinita. Casi estuve a punto de rechazar su generosa propina, porque me sentía que aunque acabase de conocerla estaba hablando con una amiga, pero al mismo tiempo se que hacerlo hubiera sido hacerla un feo y ante todo este era mi primer trabajo para mí, despues de más de ocho meses dedicada en exclusiva a mi recien nacida Adriana.
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