martes, 8 de junio de 2021

Mis nuevas relaciones




Durante la pandemia he experimentado unas cuantas relaciones que os quiero comentar. La primera la comencé porque fue la primera que  apareció, y así como llegó, se fue casi sin darme cuenta. Empezamos bien y aunque fue muy corta, yo puse todo de mi parte para que fuese lo mejor posible. Sin embargo terminó abruptamente, y el fin de nuestra relación me llegó a través de un mensaje de Whasapp.

Al poco tiempo me embarque en otra. Esta había comenzado estupendamente, conociéndonos el uno al otro poco  a poco,  pero cada día que pasaba, me iba gustando menos. No me sentía a gusto y la relación se iba deteriorando. No quería tirar la toalla tan pronto, decidí darle una oportunidad, y  por eso seguí, llevada por la rutina y el miedo al cambio. Hasta que llegó un momento, en el que ya no pude más, me sentía realmente infeliz y ya supe con total seguridad,  que es lo que no quería, así que esta vez fui yo la que corté la relación.

La tercera ha sido más larga y  también más dolorosa. Aunque en un principio no era mi tipo, poco a poco fui descubriendo que había cosas que me gustaban, el día a día era estupendo, y aunque era muy intenso, quizás demasiado, disfrutaba de esa intensidad, aunque también tuviera mis dudas en el día a día. Tras cinco meses juntos, me sentía que ya tenía el control, y  siempre creí que había una estupenda relación por ambas partes. Esta, no sé porqué acabo, la verdad es que aún me lo sigo preguntando. Justo ocurrió después de estar de baja por Covid-19. Quizás fue eso lo que no le gustó, o puede ser que  pasados  los primeros meses, la otra parte no quiso comprometerse, eso lo podía imaginar, pero jamás  hubiera creído como fue esa ruptura: de un día para otro, por una pequeña discusión, por falta de comunicación, que desencadenó en una ruptura  total y a las malas.

Aunque estéis pensando que vaya vida amorosa he tenido durante la pandemia, quiero deciros que estas relaciones no han sido amorosas, sino laborales, pero que en el fondo te afectan como si lo fueran y se establecen claros paralelismos, porque quieras o no, el trabajo forma parte sustancial de tu vida y tu desarrollo como persona.

Durante la pandemia he descubierto algo que no sabía, y es el tipo de trabajo que se encuentra.  Tras el  "gran divorcio o el gran enviudamiento" provocado por la Covid  con mi anterior trabajo como guía turística, y sin quererlo ninguna de las partes, era hora de buscar otra cosa, y como muchos dicen, de reinventarse. Acostumbrada a ser autónoma y trabajar por mi cuenta, donde te valoran casi exclusivamente según los resultados, encontré que estas relaciones contractuales y por cuenta ajena, dejan mucho que desear. 

Al igual que el amor, cuanto mas fácil encontrarlo, más fácil perderlo. Las personas son números, pagados muchas veces de forma humillante. Me han descartado de procesos de selección en los que iba absolutamente sobrada, y tan solo pedían la EGB, de muchos otros nunca recibí  respuesta, y de lo que salen, muchas veces te usan como carnaza, están contigo hasta que termina el periodo de prueba y después se van a por otra. Es tanta la promiscuidad laboral que todavía sigo absorta.

Inevitablemente  estas experiencias me han bajado la autoestima y a veces me han hecho desconfiar de mi propia valía. Quizás es que soy demasiado ingenua. A veces me he sentido usada mientras les he convenido, y aunque se que es así como funcionan las relaciones laborales, pensé que habría algo más que el simple intercambio monetario. Por lo menos de mi parte sí lo había.


Durante este año y medio ya he pasado por una entidad bancaria, una empresa de seguridad, unas cajitas de suscripción para perros y ahora vuelvo a adentrarme en un  mundo totalmente  nuevo: la educación infantil. Esta ha comenzado como un flechazo, al menos por la otra parte, y no tengo ni idea del rumbo que seguirá, pero de todas formas, he decidido que a partir de ahora, voy a banalizar mucho más las situaciones y voy a considerarlas simplemente como otra etapa de mi vida. Voy a intentar disfrutar el día a día, sin pensar cuanto va a durar, qué va a ocurrir, si se romperá abruptamente o si será como un idilio. ¿Quién lo sabe?.

Estos son los tiempos que nos han tocado vivir y como siempre intentaré hacerlo de la mejor forma posible.