martes, 5 de abril de 2022

Calentando motores

Todo se precipita sin buscarlo. La vida es cada vez más incierta y eso hace que de poco sirva el angustiarse ante la falta de control de los hechos que acontecen. Dos años de pandemia, de reconversion a otro tipo de trabajo que nada tiene que ver con ser guía turística. Años de aprendizaje, de reflexión, de caos y sobre todo de resignación.

Por delante el inicio de la vuelta a lo que antes considerábamos normalidad.. Siento que he perdido una gran cantidad de facultades como guía: meses desentrenada, sentada 8 horas al día en la pantalla de un ordenador, con una vida monótona y sin más retos que el de llegar a fin de mes. Si todo va bien y acontecimientos extraordinarios pero posibles me lo permiten, como una tercera guerra mundial, una invasión o un estallido nuclear, o la vuelta a nuevos brotes, volveré a viajar  igual que antes.

Cuando empiezo a desempolvar mis guías, mis papeles y todo lo que conlleva viajar por grupos por toda Europa, un acontecimiento aún más relevante que los potenciales citados anteriormente irrumpe en mi vida: la muerte de mi padre. Algo que sabemos algún día va a pasar, una experiencia realmente certera pero para la nunca estás preparada. 

Su defunción se produce días antes de empezar mis viajes. Siento alivio por haber podido pasar sus últimos días con el, por no haberme encontrado a miles de kilómetros y por producirse en las mejores fechas posibles, aunque esto suene totalmente incoherente. 

Hace 25 años un julio de 1997 asistí como testigo directo a la cremación de cuerpos anónimos tanto en la playa como en el crematorio de Venares en la India. Hoy casi 25 años más tarde voy a la de padre.

Mi viaje a la India fue un punto de inflexión en mi vida que me condicionó para el resto de ella. Quizás es hora de volver.. De reencontrarme de nuevo.. Pero ¿por que siento esa necesidad de hacerlo allí? ¿Por qué es tan complicado lograrlo en mi vida habitual? 

10 tours de trabajo y dos  viajes de placer es lo que me espera a la vuelta de la esquina. Me siento huérfana y no solo de padre, es la usencia de experiencias enriquecedoras y el miedo que nos han inoculado como nunca a través de las pantallas, lo que me hace sentir indecisa e insegura. ¿Podré reengancharme de nuevo a mi antigua vida de forma exitosa? ¿Que influencia tendrá la ausencia de mi padre en mis propias vivencias? ¿Podré algún día  echar sus cenizas en el río más sagrado del mundo? 

Todo es potencia y posibilidades..pero cada vez siento que los acontecimientos no dependen tanto de mi, como de mi destino, como de todo lo exterior a mi. 

Esta noche regreso a casa y comienzo a calentar motores de un nuevo capítulo en mi vida.. Justo en un año singular en el que cumplo 50 años. En el que hace años me propuse celebrarlo regresando a la India, pero ahora siento que si lo hago, en lugar de celebración será de homenaje y dedicación hacia mi padre, responsable en gran manera de mi espíritu y forma de afrontar la vida. 

Papá te llevaré conmigo en cada destino que vaya, en cada acontecimiento que viva y en casa rincón de mi corazón.